Por redacción de Sin Comillas

El Senado de Estados Unidos aprobó el miércoles un paquete de estímulo económico estimado en $2.2 billones ($2 trillion), el mayor de la historia moderna del país, con el objetivo de contrarrestar los efectos de la pandemia del coronavirus.

El paquete quedó aprobado con 96 votos a favor y ninguno en contra después de varios días de bloqueo por parte de los demócratas, que no estaban de acuerdo en cómo la Casa Blanca pretendía repartir el dinero.

El proyecto pasa ahora a la Cámara de Representantes, que votará el viernes por la mañana a voz alzada porque las opciones de vuelo a Washington son limitadas, hay congresistas que participan de cuarentenas y varios estados han establecido órdenes de quedarse en casa. Después pasará a manos del presidente de EEUU, Donald Trump, que ya ha avanzado que lo ratificará de inmediato.

El paquete de estímulo fiscal es el triple del puesto en práctica en 2008 tras el estallido de la crisis financiera, que ascendió a $700,000 millones.

La propuesta actual incluye una partida de cerca de $250,000 millones que se reservarán para pagos directos a individuos y familias de hasta $1,200 para quienes tengan ingresos inferiores a $75,000 al año más $500 por los menores de 17 años.

Asimismo, se disponen $350,000 millones en préstamos para pequeñas empresas y otros $250,000 millones para ampliar los beneficios por seguro de desempleo.

También otorga $150,000 millones para apoyo a las autoridades locales y estatales, y otros $130,000 millones para reforzar el sistema sanitario, que en algunos lugares como en el estado de Nueva York comienza a estar saturado.

Uno de los elementos más disputados ha sido el fondo de $500,000 millones en préstamos para empresas en dificultades, como los sectores de las aerolíneas, el hotelero o el de los cruceros, ya que la Casa Blanca y los republicanos querían que fuese administrado exclusivamente por el Tesoro.

Tras la oposición de los demócratas, finalmente estará sujeto a la supervisión de un inspector independiente, y conlleva condiciones como limitar el salario de los ejecutivos así como la prohibición de que se usen los fondos de rescate para la recompra de acciones.

Según los últimos datos de las autoridades estatales, en Estados Unidos la pandemia ha dejado ya más de 69,000 contagiados y este miércoles se han superado el millar de muertos.