Por Luisa García Pelatti

Las negociaciones de reestructuración de deuda suelen ser muy complejas, pero las que ya ha iniciado el Gobierno y la Junta de Control Fiscal para reestructurar una deuda de cerca de $70,000 millones añaden dos complicaciones adicionales: deben hacerse en un periodo de tiempo relativamente corto y a ciegas, porque tendrán que hacerlo, por ahora, sin plan fiscal, sin estados financieros auditados y sin un déficit presupuestario auditado.

José Carrión, presidente de la Junta de Control Fiscal, informó el viernes que van a contratar la semana que viene una firma para certificar el déficit presupuestario, pero reconoce que mientras se llega a un resultado (esperar tener un informe en el plazo de un mes), las negociaciones con los acreedores tendrán que trabajar con la cifra preliminar de $7,000 millones, aunque haya sido cuestionada por algunos acreedores.

Carrión no quiso dar detalles de cómo van las negociaciones con los acreedores, que se iniciaron oficialmente el 21 de diciembre de 2016. “Se están haciendo de buena fe y cuando tengamos noticias ustedes serán los segundos en enterarse”, dijo a los periodistas. Indicó que no hay un número fijo sobre la cantidad de deuda que quieren recortar, que eso es parte de la negociación. También es esencial tener el plan fiscal, que no se certificará hasta el 15 de marzo. “Sin el Plan Fiscal no se puede reestructurar la deuda”.

“La ley dicta que deben ser negociaciones consensuadas y nuestro interés es ir a través del Título VI, pero nos reservamos el derecho, en su día, si la negociaciones no rinden su fruto, de recurrir al Título III”, señaló.

Los acreedores tendría que llegar a un acuerdo con la Junta de Control Fiscal antes del 1 de mayo, cuando finaliza la paralización de demandas.

“Es importante que estemos claro que el secretario de Hacienda dijo que los número auditados son los de junio 30 de 2014. Por lo tanto, los años fiscales 2015, 2016 y mitad de 2017 son números que no están auditados y que van a estar sujetos a cambios. Son números preliminares”, explicó Ramón Ruiz Comas, director ejecutivo interino de la Junta.  “Tenemos que trabajar con la información que tengamos disponible”.  Se trabajará, por tanto, con proyecciones que se van a ir revisando. “Habría que sentarse a la mesa con los números que hay”.