“Las transferencias de fondos nos ofrecen una gran oportunidad, hay que esperar para ver si los mismos se canalizan adecuadamente”, Progreso Económico, publicación de Banco Popular.

Por redacción de Sin Comillas

Los efectos de los fondos federales relacionados con el huracán María y de los desembolsos que están haciendo las aseguradoras están empezando a notarse en la economía, destaca Banco Popular en su publicación Progreso Económico.

Pero el reto, señala, es que “dichos fondos generen más empleos y que estos se conviertan en permanentes una vez concluyan las transferencias de fondos”.

La última vez que Puerto Rico recibió una cantidad significativa de transferencias federales, no recurrentes, fue la inyección de fondos ARRA (American Recovery and Reinvestment Act) para la recuperación luego de la Gran Recesión de 2007-2009, cuando llegaron $7,000 millones. Desde Banco Popular consideran que la inyección de estos fondos tuvo un efecto limitado en la economía debido a que “las asignaciones se tradujeron en consumo de bienes importados, minimizando así el efecto multiplicador del estímulo en la economía local. Además, los individuos pudieron haber ahorrado una parte de estas transferencias, reduciendo aún más su efecto sobre la economía de la Isla”.

Solo una parte muy pequeña de los fondos ARRA que se recibieron en Puerto Rico entre 2009 y 2013 fue destinado a inversión de capital. La cantidad de fondos federales para la recuperación del huracán María no solo es muy superior, sino que tiene un componente significativo de inversión de capital, destaca Progreso Económico.

Se han aprobado transferencias federales para la recuperación por valor de $45,000 millones. La cifra podría elevarse hasta $75,000 millones cuando se incluyan fondos federales adicionales, así como los desembolsos de aseguradoras y del sector privado y no gubernamental.

“Un reto es la rapidez con que la economía puede absorber los fondos. Como primer paso están los procesos administrativos federales. Luego de la contratación, el Acta Jones limita la rapidez con que llegan materiales de construcción a la Isla. Además, después de una década de contracción, se está observando mayor estreches en términos de personal diestro en la industria de la construcción”.