Por redacción de Sin Comillas

Menos de un 25% de los puertorriqueños que se van a Estados Unidos son profesionales. La mayor parte de los emigrantes son familias pobres, con hijos, que dejan atrás a sus adultos mayores. Los resultados son parte de un estudio realizado por la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico (PUCPR).

El estudio “El impacto de la Migración en Puerto Rico”, realizado por Elsie Ruiz Santana e Ilia C. Rosario Nieves, de la Escuela Graduada de Ciencias Sociales y de la Escuela Graduada de Psicología, respectivamente, contradicen la visión de un éxodo masivo o fuga de cerebros ya que, demográficamente, la mayoría de las personas que se van no son profesionales, sino personas de escasa o baja preparación académica. Solo un 22% de los emigrantes tienen estudios universitarios. El 78% son personas de poca escolaridad o con apenas un diploma de cuarto año. No obstante, al hacer la comparación por décadas, se ve un aumento leve (1%) en la emigración de las personas educadas y de mayor ingreso.

Los que se van son los pobres, porque del 2005 al 2014 sobre 70% de los que se fueron reportaron tener ingresos por debajo del nivel de pobreza, con un ingreso menor a los $10,000 al año.

“Este estudio va más allá de una recopilación de estadísticas de cuántos puertorriqueños abandonan el país. Es un análisis de datos de todas las fuentes, un estudio profundo sobre la data para ver el alcance del impacto social, familiar, demográfico, socioeconómico y moral de este fenómeno.  No podemos perder de vista que la migración es un fenómeno mundial y que están ocurriendo sucesos de gran impacto sociopolítico sobre este tema a nivel global.  Es vital que la academia lance una mirada profunda a las causas y consecuencias de la emigración para plantear soluciones y establecer currículos en función de esta realidad.  La emigración es un fenómeno imparable y una de las conclusiones de este estudio es la urgencia de establecer política pública para lidiar con el impacto de esta realidad”, dijo la profesora Ruiz Santana.

Del 2005 al 2015 la mayoría de los emigrantes fueron niños y jóvenes – el rango de edad que ocupó la primera posición fue de 5 a 19 años, siendo este grupo el 29% de los que se van. Entre el 2005 a 2015 el rango de edad que predominó fue de 20 a 39 años con un 42%.  Estos rangos de edad representan que familias completas se están mudando y en su mayoría son personas jóvenes en edad productiva. Las personas entre 40 y 59 años solo representan 18% y las personas de más de 60 años solo representan el 11% de los que se van.

Según las investigadoras, al hacer un análisis de la cantidad de gente que se va diariamente también se percibe un aumento constante.  En el 2000, unas 157 personas emigraban hacia los Estados Unidos todos los días, mientras que, en el 2015, son 244 personas las que llegan al aeropuerto diariamente para partir.

Migración de regreso

En el 2015 se reportó que 89,000 personas salieron de la Isla, pero ese mismo año regresaron 30,189, lo que hace que la baja en la población sea de 58,811 personas menos en Puerto Rico.

Desde el 2005 al 2015, han emigrado 761,935 puertorriqueños, mientras que en ese mismo periodo de tiempo 303,859 personas han regresado de Estados Unidos a Puerto Rico y otras 53,983 personas de países europeos se radicaron en la Isla. Por tanto, aunque en esa década se han ido más de 700,000 personas, en total 357,842 han venido a radicarse en Puerto Rico al mismo tiempo.

Desde el 1900 hasta los 90, la migración más grande de ese siglo ocurrió en los años 50, con casi medio millón (460,829) de puertorriqueños dejando la Isla, y un aumento sostenido cada año (57,471 en el 2000 hasta 89,000 en el 2015).

Género y feminización de la migración

Las mujeres encabezaron la migración los años 2005, 2006, 2009, 2011 y 2013. Los hombres encabezaron la migración en 2007, 2008, 2010, 2012 y 2014.

Ha habido un incremento absoluto en la proporción de mujeres migrantes. En el 1960, las mujeres representaban cerca del 47% del total de migrantes. En los últimos 40 años, cada vez más mujeres migran de forma independiente en búsqueda de trabajo, en vez de hacerlo como dependientes.  En el periodo del 1998-2012 el 56% de las personas migrantes fueron mujeres siendo la región del Caribe y América Central la que tiene la proporción más alta con un 61%.

Nacen menos puertorriqueños

Desde el 2000 se observa una disminución constante de nacimientos.  En el 2000 hubo 59,460 nacimientos y en el 2014 hubo 34,485,  una reducción grande.  De acuerdo con el análisis de las investigadoras, una de las razones que contribuye a esta estadística es que están migrando más mujeres jóvenes en edad reproductiva y regresando a la isla adultos mayores. Las defunciones también presentan un leve aumento con 28,879 en el 2000 y 30,304 en el 2014.

“A la luz de estos hallazgos se recomienda la creación de una agencia de gobierno en el Estado Libre Asociado de Puerto Rico que trabaje con el fenómeno de la migración.  Es necesario que, cuando un residente de Puerto Rico decida buscar nuevos horizontes, encuentre una mano amiga que pueda establecer contactos iniciales y que le ayude en la transición al nuevo hogar”, dijo la profesora Elsie Ruiz Santana.

Por otra parte, la doctora Ilia Rosario Nieves agregó que “El emigrante necesita establecer redes de apoyo en su ciudad de acogida, el inmigrante necesita reencontrarse con su entorno.  En especial cuando han pasado décadas desde que partieron de su lugar de origen”. En el caso de Puerto Rico, es necesaria la creación y aprobación de política pública sobre el fenómeno de la migración en Puerto Rico. Como la migración es un fenómeno global, es necesario que tanto las Naciones Unidas como la Organización Internacional para las Migraciones tengan un papel más proactivo para generar acuerdos internacionales en favor de los emigrantes.

Este estudio es parte de una serie de trabajos que ha desarrollado la PUCPR desde 2011, como parte del Programa Nacional de Acciones Pastorales para la Nueva Evangelización de Puerto Rico de la Comisión de Evangelización de la Conferencia Episcopal Puertorriqueña.