Por redacción de Sin Comillas

El mercado de las viviendas se encuentra en una profunda y prolongada crisis que seguirá empeorando como resultado del impacto del huracán María, según revela un estudio realizado por el Centro de Estudios Puertorriqueños de Hunter College en Nueva York y la Escuela de Planificación de la Universidad de Puerto Rico.

El estudio titulado “Housing Crisis” revela que:

  • el 18% de las viviendas en Puerto Rico están vacantes, según datos de la Oficina del Censo de Estados Unidos, una proporción superior al de Estados Unidos (12.2%);
  • el valor de las propiedades ha caído al menos un 10%. La mediana de los valores de las viviendas en Puerto Rico disminuyó de $117,860 en 2016 a $110,000 en 2018;
  • el ingreso de las familias sigue disminuyendo en más de un 5%;
  • desde septiembre de 2017 hasta enero de 2018, el número de propiedades residenciales en proceso de ejecución hipotecaria disminuyó ligeramente de 13,436 a 12,962. Se anticipa un aumento después de enero de 2018;
  • las propiedades residenciales que tenían 90 o más días de retraso en el pago de su hipoteca se encontraban en su punto más alto después de septiembre de 2017; 11,411 en septiembre, 17,442 en octubre, 52,451 en noviembre, 22,407 en diciembre; y 13,558 en enero de 2018.

“Al menos el 18% de las viviendas de Puerto Rico están vacantes como resultado de la prolongada recesión económica de la isla, que comenzó en 2006, y el aumento en las ejecuciones hipotecarias después del huracán María sugiere que las unidades vacantes están aumentando a un ritmo acelerado”, dijo el profesor Edwin Meléndez, director del Centro de Estudios Puertorriqueños de Hunter College en Nueva York.

Los hallazgos del estudio coinciden con los patrones de emigración hacia los Estados Unidos de un estudio anterior de Hunter, que indica que unos 135,000 puertorriqueños emigraron los primeros seis meses tras el paso del huracán María.

“Quizás el indicador más claro de la crisis de la vivienda es que antes del huracán María, Puerto Rico perdió alrededor de 45,880 hogares y agregó 115,197 unidades de vivienda netas de 2005 a 2016. Debido a este claro desequilibrio entre el aumento en la oferta de vivienda y una fuerte disminución en demanda de vivienda, el valor promedio de las viviendas de Puerto Rico ha disminuido en al menos 10% desde 2005. Además, agravando la demanda potencial de vivienda en el futuro inmediato, el ingreso familiar medio disminuyó en un 5%, de $ 21,458 en 2005 a $ 20,078”, explicó Meléndez.

El exceso de oferta de viviendas desocupadas es un claro impedimento para la recuperación económica. “Creemos que es posible implementar un programa de vivienda en el que las unidades desocupadas se conviertan en viviendas asequibles para acomodar a las familias que perdieron sus hogares y para mitigar el desafío endémico de la vivienda informal generalizada no construidas según los códigos. El flujo esperado de asistencia federal para reconstruir la isla ofrece una oportunidad única para transferir unidades de vivienda vacías a la utilización de fines sociales”, puntualizó.