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Por Luisa García Pelatti

El Plan Fiscal presentado por el Gobierno el pasado 14 de octubre, y rechazado por la Junta de Control Fiscal el 18 de noviembre, ha sido objeto de críticas. Heidie Calero, presidenta de H. Calero Consulting Group, analiza los supuestos del Plan Fiscal en el número más reciente de Economic Pulse, una de las publicaciones de la firma.

“La viabilidad del plan, independientemente de las lagunas que tenga, dependerá en última instancia de la validez de los supuestos. Los responsables de la política pública deben encontrar primero una manera de impulsar el crecimiento potencial a largo plazo de Puerto Rico, pero la Junta designada antes puede querer reestructurar la deuda pública”, señala Calero, que reconoce que la situación económica y fiscal de Puerto Rico es grave, se mire como se mire.

Opina que el próximo paso para mejorar el plan son medidas específicas para aumentar la acumulación de capital. Si esto no se logra, ni un aumento en la productividad ni en las exportaciones podrían ayudar a alcanzar el crecimiento económico necesario para pagar la deuda reestructurada y lograr restaurar la salud fiscal.

El Gobierno Federal puede jugar un papel crucial para presentar esa inversión tan necesaria, que también interesaría a los bonistas. Un Puerto Rico competitivo y en crecimiento es el mejor escenario posible para todos los involucrados. Forjarlo, sin embargo, llevará tiempo y requerirá contribuciones de todos, independientemente de partidos políticos”, destaca Calero.

Ante la negativa del Gobierno a presentar una nueva versión del plan, la elaboración del Plan Fiscal queda en manos de la Junta de Control Fiscal, que ha establecido el 31 de enero como la fecha límite para la aprobación del plan.

Calero explica que la crisis se ha ido creando a lo largo de varias décadas, provocando, entre otras cosas, la pérdida de competitividad, bajo crecimiento económico, degradaciones de crédito sucesivas, caída sostenida en la base de producción y una dinámica demográfica negativa que se ha ido alimentando a sí misma.

Entre las críticas que se le han hecho al Plan Fiscal está el uso del Producto Interno Bruto (PIB) para hacer las proyecciones en lugar del Producto Nacional Bruto (PNB); no soluciona el problema  de la caída de la población asociado a la contracción económica. Calero señala también el uso de las proyecciones de población de Naciones Unidas (más optimistas) en vez de las del Censo y que el Plan asume que el consumo se mantendrá estable cuando debería experimentar una caída acorde con la reducción de la población.

Calero menciona tres grandes retos fiscales: el fin de la Ley 154 en el 2018; la pérdida de $865 millones bajo los programas federales de salud (Medicare, Medicaid y el Affordable Care Act); y el déficit de $44,o00 millones en el Sistema de Retiro de Empleados del Gobierno.