Por Elías Gutiérrez*

El Secretario del Departamento de Desarrollo Económico ha sido el escogido por La Fortaleza para hacerle frente a un solido frente que los economistas del país han desplegado de forma espontánea para advertir al gobierno de los peligros que prevemos y de los remedios que cada uno de nosotros considera meritorios. La reacción del Ejecutivo ha sido la de cavar profundo en su trinchera ideológica.

El Secretario Bacó acusa a los economistas de estudiar la historia. Bueno, conviene en este momento recordarle al amigo Bacó que fue el filosofo, ensayista, poeta y novelista Jorge Agustín Nicolás Ruiz de Santayana y Borrás, a quien se le recuerda por habernos enseñado que “aquellos que no recuerden el pasado están condenados a repetirlo”. También nos dejó dicho Santayana que “…sólo los muertos han visto el fin de la guerra”.

Bueno, el amigo Bacó nos dice que los economistas conducimos el automóvil mirando por el espejo retrovisor. Creo haber sido yo quien acuñó esa frase allá para el 1986, pero refiriéndome a los contables. De todas formas, en el caso que nos ocupa, es irrelevante lo que opinen los colegas economistas. Lo que verdaderamente importa es lo que concluyan los mercados. En concreto, lo que concluya el mercado de capital. El juicio del mercado de capital será final, firme e inapelable. Así lo han descubierto muchos gobiernos antes que los nuestros. Pero, claro, eso se aprende estudiando la historia. Cosa que el amigo Bacó parece despreciar.

Me pregunto si el Secretario estará de acuerdo en su apreciación de la situación actual con el Presidente del Banco Gubernamental de Fomento (BGF). Me pregunto si está de acuerdo con el estudio hecho público hoy (y que en estos momentos actualiza una empresa de economistas) realizado por petición del BGF para anticiparse a los efectos de una degradación a nivel de calidad especulativa de los instrumentos de deuda del gobierno de Puerto Rico. ¿Estarán esos economistas conduciendo mirando por el espejo retrovisor del automóvil?

Nos dice el Secretario a los economistas que no hemos dedicado tiempo suficiente a estudiar el cuadro completo del desarrollo económico del país. Me imagino que él o sus “economistas” lo habrán hecho durante los pasados cuatro meses. Yo solo he podido dedicarle aproximadamente 45 años. Tiempo que admito, es relativamente breve.

* El autor es economista y planificador