Por Luisa García Pelatti

Con una tasa de desempleo en niveles históricamente mínimos, 7.7%, los datos de empleo del mes de noviembre pueden dar la impresión de que las cosas han mejorado. Pero hay dos factores que dificultan el análisis de los datos: no se pueden comparar con el año pasado porque los datos seguían afectados por el huracán y la emigración.

La Población Civil –las personas de 16 años o más capaces de trabajar– disminuyó en 59,000 personas en noviembre y ha estado cayendo durante los últimos siete años. Esta reducción afecta el resto de las estadísticas laborales porque la población civil es el denominador en la fórmula para calcular la tasa de empleo –una medida que nos dice qué proporción de la población que podría estar disponible para trabajar está efectivamente trabajando– y la tasa de participación. Por lo tanto, los aumentos de la tasa de empleo y de la tasa de participación no necesariamente responderían a un mercado laboral más robusto.

El nivel de empleo, según la Encuesta de Empleo Asalariado No Agrícola, aumentó 1.0% respecto al año pasado, cuando el empleo disminuyó como resultado del huracán, hasta 850,600 personas. El empleo es el más bajo en los últimos siete meses.

Por otro lado, la Encuesta del Grupo Trabajador señala un aumento de 2.5% entre noviembre de este año y el mismo mes del año pasado, lo que supone 24,000 empleos más. Esta encuesta ha estado mostrando aumentos interanuales en los últimos seis meses. Las 998,000 personas empleadas en noviembre suponen la cifra más alta para ese mes desde 2012.

El número de personas desempleadas cayó hasta 84,000, un número que no se había visto en 47 años.

La tasa de participación se situó en 40.1% y la tasa de empleo (la proporción de la población disponible para trabajar que está efectivamente trabajando) alcanza el 37.0%, la más alta para un mes de noviembre en nueve años.