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Por Luisa García Pelatti

La cifra, aunque se antoja elevada, no es la más alta. En el mes de abril se alcanzó un nivel récord 96,000 personas desempleadas que no buscaban trabajo porque creen que no lo van a encontrar, pero esta marca pasó desapercibida para los medios de comunicación. En junio, los desalentados son 88,000, según los datos del Departamento del Trabajo y Recursos Humanos.

La crisis lleva siete años destruyendo empleos. Se han perdido unos 250,000 empleos desde el 2006 y sólo en los primeros seis meses de este año se han perdido 16,000 puestos de trabajo. Pero lo peor es que cada vez hay menos personas dispuestas a trabajar. El número de personas en el Grupo Trabajador lleva seis años reduciéndose. Y no es que no quieran trabajar, es que creen que con la crisis económica es imposible encontrar empleo. Y ya llevan mucho tiempo buscando. Es lo que técnicamente se conoce como “efecto desánimo”.

Las 88,000 personas que el Departamento del Trabajo clasifica como “desalentados” no tienen empleo, pero como no lo buscan tampoco se les considera desempleadas. El aumento de esta cifra ha ayudado a reducir la tasa de desempleo, pero paradójicamente si cambiaran de opinión y empezaran a buscar empleo podrían elevar la tasa de desempleo.

El número de desalentados creció 3.5% entre mayo y junio y 2.3% cuando se compara con el mes de junio del año pasado. Hay 3,000 más que en el mes de mayo, pero la cifra se ha reducido. En los meses de febrero, marzo y abril se mantuvo por encima de los 90,000.

Los desalentados suelen ser desempleados de larga duración. Pero poco se conoce de su perfil. Lo único que se desprende de los daos del Departamento del Trabajo es que la mayoría son hombre, un 74%. No hay información sobre su edad o el tiempo que llevan sin trabajar.