Por redacción de Sin Comillas
La organización no gubernamental Intermón Oxfam ha publicado un informe titulado “Gobernar para las élites: secuestro democrático y desigualdad económica” en el que denuncia que “la desigualdad económica crece rápidamente en la mayoría de los países”.
El propio Foro Económico Mundial considera que “esta desigualdad supone un grave riesgo para el progreso de la humanidad”. La organización denuncia que las élites económicas “están secuestrando el poder político para manipular las reglas del juego económico”.
Según el informe, casi la mitad de la riqueza mundial está en manos de sólo el 1% de la población y la mitad más pobre de la población mundial posee la misma riqueza que las 85 personas más ricas del mundo. Y sólo en EEUU, el 1% más rico ha acumulado el 95% del crecimiento total posterior a la crisis desde 2009, mientras que el 90% más pobre de la población se ha empobrecido aún más.
Intermón publica este informe con un conjunto de recomendaciones a los líderes del Foro Económico Mundial, que se reunirán en la ciudad suiza de Davos a partir del próximo miércoles, a los que recuerda que tienen el poder de acabar con las desigualdades sociales.
La organización reclama que los países se comprometan a no utilizar paraísos fiscales para evadir impuestos, que no se utilice la riqueza económica para obtener favores políticos, que las inversiones sean públicas y que se destine la recaudación fiscal para proporcionar a los ciudadanos sanidad, educación y protección sociales universales.
Dice que es posible revertir esta peligrosa tendencia y que existen claros ejemplos de éxito, tanto pasados como presentes. Estados Unidos y Europa redujeron la desigualdad a la vez que sus economías crecían durante las tres décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial. La desigualdad también ha disminuido significativamente en América Latina durante la última década, gracias a una fiscalidad más progresiva, los servicios públicos, la protección social y el empleo digno. La política ciudadana ha sido fundamental en la consecución de este avance, ya que representa a la mayoría de la población en lugar de estar en manos de una pequeña élite; a la postre, esto ha beneficiado tanto a ricos como a pobres.
Estas son algunas de las recomendaciones que hace Oxfam para fortalecer la representación política de las clases media y baja, para así alcanzar una mayor igualdad:
• La eliminación de la desigualdad económica extrema como objetivo mundial en todos los países. Esta meta debería ser un elemento esencial del marco posterior a 2015, que debería incorporar una supervisión coherente de la participación en la riqueza del 1% más rico de la población en todos los países.
• Una mayor regulación de los mercados, para así fomentar un crecimiento equitativo y sostenible; y
• Poner freno a la capacidad de la población rica para influir en los procesos políticos y en las políticas que mejor responden a sus intereses.
Algunas políticas concretas suponen la adopción de medidas contra el secreto bancario y la evasión fiscal; las transferencias redistributivas y el fortalecimiento de los mecanismos de protección social; la inversión en el acceso universal a la atención sanitaria y la educación; la fiscalidad progresiva; el fortalecimiento de los umbrales salariales y de los derechos de los trabajadores; y la eliminación de las barreras a la igualdad de derechos y oportunidades de las mujeres.
El informe dedica una sección a Estados Unidos y cómo el dinero sesga la representación política e impulsa la desigualdad. Encontraron que existe una correlación directa entre la desregulación financiera y la desigualdad económica en Estados Unidos.
También dedica una sección de la desigualdad en la India. En la última década el número de multimillonarios en la India ha pasado de menos de 6 a 61, de modo que en un país donde viven 1,200 millones de personas, sólo unas decenas de ellas poseen en conjunto una riqueza de aproximadamente $250,000 millones. Lo más sorprendente es la participación de esta élite minoritaria en la renta nacional, ya que el porcentaje de la riqueza nacional que poseen se ha incrementado vertiginosamente, pasando del 1.8% en 2003 al 26% en 2008 – aunque se ha reducido tras la crisis financiera mundial.