WASHINGTON (AP) — Los líderes de ambos partidos en el Capitolio anunciaron un acuerdo para mantener funcionando al gobierno en piloto automático por seis meses después de que expire el año fiscal actual el 30 de septiembre.

Los anuncios hechos por el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, y el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, tienen como fin evitar la posibilidad de una parálisis gubernamental a fin de año. El proyecto de ley será abordado en septiembre.

“El presidente (de la cámara) y yo, y el presidente (Obama) hemos acordado que vamos a proveer al gobierno de fondos para los próximos seis meses”, dijo Reid. “Brindará estabilidad para los meses venideros”.

El acuerdo dotará de financiamiento al gobierno en los niveles previstos en el pacto presupuestario y de deuda que concertaron Boehner y el presidente Barack Obama en el segundo trimestre de 2011.

Aunque los detalles precisos serán ultimados durante el receso legislativo de agosto, el acuerdo abarca gastos por un total anualizado de $1.04 billones para el funcionamiento diario de dependencias como el Pentágono y otras agencias federales.

Esto constituye un repliegue de los republicanos, que habían buscado reducir $19,000 millones al acuerdo presupuestario concertado en 2011 con el presidente Obama y aumentar $8,000 millones al Pentágono con recursos de otras agencias.

La alternativa de arriesgarse a una paralización del gobierno semanas antes de las elecciones del 6 de noviembre era inaceptable para los líderes del Partido Republicano, que pretenden alejar los reflectores del Congreso y apuntarlos en la contienda presidencial.

El proyecto para la financiación del gobierno durante seis meses, conocido como “resolución de continuidad” lega un gran número de decisiones al próximo Congreso y a quien ocupe la Casa Blanca.

Si Mitt Romney es el presidente, éste se comprometió a hacer reducciones generales de 5% a la mayoría de las cuentas de las partidas internas a las que financia cada año el Congreso. Obama se comprometió a funcionar dentro de los “límites” a los gastos por 10 años acordados en 2011.