Por redacción de Sin Comillas

El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha presentado una demanda antimonopolio contra Google por abuso de su posición de dominio de mercado. Acusa a la compañía de incurrir en prácticas contrarias a la libre competencia para preservar su monopolio en las búsquedas en Internet y la publicidad en buscadores. La demanda es la mayor por antimonopolio contra una gran tecnológica en Estados Unidos en las dos últimas décadas. El último gran caso antimonopolio fue el de Microsoft, que se remonta a 1998.

La demanda se produce más de un año después de que el Departamento de Justicia y la Comisión Federal de Comercio iniciaran investigaciones antimonopolio a Amazon, Apple, Facebook y Google.

En la demanda se subraya que Google controla en EEUU el 90% de las búsquedas, porcentaje que se eleva al 95% en el caso de las realizadas desde el móvil. La demanda alega que Google había utilizado acuerdos ilegales con distribuidores, incluidos navegadores web, fabricantes de teléfonos inteligentes y operadores, para garantizar que su motor de búsqueda fuera el predeterminado para los consumidores.

El Departamento de Justicia entiende que, sin una acción legal, “Google continuará ejecutando su estrategia anticompetitiva, paralizando la libre competencia, reduciendo las opciones de los consumidores y sofocando la innovación”. La demanda subraya que los consumidores y los anunciantes se ven perjudicados al tener “menos opciones, menos innovación y precios publicitarios menos competitivos”. La demanda no incluye la petición al tribunal de posibles acciones contra Google, pero Justicia remarcó que no se descarta nada.

“La demanda de hoy del Departamento de Justicia es profundamente errónea. La gente usa Google porque así lo desea, no porque se vea obligada a hacerlo o porque no pueda encontrar alternativas”, ha dicho Google en twitter.

El mayor caso antimonopolio anterior a este en la industria tecnológica en Estados Unidos fue la demanda contra Microsoft en 1998. Entonces, el Gobierno de Estados Unidos alegó que la compañía había violado la ley al incluir su navegador Internet Explorer con cada copia de Windows, lo que ahogaba la libre competencia de otras empresas de navegadores web. Tras años de litigio, se alcanzó un acuerdo que estableció límites al negocio de Microsoft.