Agencias

El déficit comercial en cuenta corriente aumentó en el cierre del año anterior a su mayor nivel en tres años, ampliado por un leve decremento en las exportaciones y un alza en las importaciones. El Departamento de Comercio informó el miércoles que el déficit se incrementó un 15.3% en el trimestre que abarca de octubre a diciembre, para llegar a $124,100 millones.

Las exportaciones decrecieron ligeramente, a $380,400 millones, mientras que las importaciones aumentaron a $566,700 millones, impulsadas parcialmente por la compra de más aeronaves extranjeras.

Para todo el año, el déficit en cuenta corriente subió 0.6%, a $473,400 millones, el mayor desequilibrio desde 2008.

Un alto déficit comercial actúa como lastre para el crecimiento nacional. Significa que más bienes y servicios se compran en el extranjero, en tanto que las compañías estadounidenses tienen menos ventas en el extranjero.

Los economistas consideran que el déficit seguirá ascendiendo en 2012. Los problemas en Europa y el crecimiento económico más lento en Asia podrían afectar las exportaciones estadounidenses.

Asimismo, un crecimiento más robusto en Estados Unidos incidiría en un aumento de las importaciones.

El déficit comercial de bienes y servicios en enero se incrementó a $52,600 millones, la mayor desproporción mensual en más de tres años.

La cuenta corriente es una medida más amplia del comercio, ya que no sólo abarca bienes, sino también servicios, como viajes de avión, y flujo de inversiones entre países. Los economistas vigilan la cuenta corriente como señal de cuánto crédito necesita Estados Unidos del extranjero.

El déficit en cuenta corriente alcanzó un máximo histórico de $800,600 millones en 2006. Disminuyó después cuando la recesión redujo la demanda de importaciones. La brecha comenzó a crecer de nuevo luego de que la recesión terminó en junio de 2009.

Para el cuarto trimestre, el déficit en bienes totalizó $186,300 millones, $5,500 millones más que en el tercer trimestre. El superávit estadounidense en servicios disminuyó en 876 millones a $45,300 millones, en parte por una caída en la compra de boletos de avión de aerolíneas estadounidenses.

El superávit en ingresos por inversión bajó a $50,300 millones, un declive de $10,300 millones. Una caída en el pago de dividendos a estadounidenses por sus inversiones en el extranjero fue un factor que pesó en la baja.