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Por redacción de Sin Comillas

El Colegio de Arquitectos y Arquitectos Paisajistas de Puerto Rico (CAAPPR), radicó en días recientes ante la Junta de Planificación una Solicitud de Nominación de Sitio o Zona Histórica, dirigida a detener la demolición del hotel Regency Cerromar Beach Resort and Casino, ubicado en Vega Alta, Puerto Rico, y proteger la emblemática hospedería.

El Hotel Regency Cerromar, diseñado en 1972 por los mismos arquitectos que La Concha, Oficina de Arquitectura de Toro y Ferrer, cuenta con todos los criterios de elegibilidad necesarios para lograr una nominación de sitio o zona histórica, debido a que: es una edificación que tiene significado histórico. Además, constituye un gran ejemplo de ingeniera.

Al presentar la solicitud de nominación, Marcial Vega, señaló que “es responsabilidad del CAAPPR hacer todo lo que esté a nuestro alcance para evitar la demolición de un hito en la historia de nuestro entorno construido. Esperamos que la Junta, considere esta solicitud que tanta importancia tiene para la defensa de la arquitectura en y de nuestro país.” Y añadió, “quiero recalcar que lo mismo no hubiera sido posible sin el compromiso de la comunidad de Breñas, que se acercó al CAAPPR para pedir su intervención y apoyo, con el fin de lograr la denominación del hotel como ícono arquitectónico. No obstante, es importante enfatizar que el Colegio de Arquitectos y Arquitectos Paisajistas de Puerto Rico fomenta la conservación como ente de desarrollo para la construcción.”

Como parte del esfuerzo de educar a la ciudadanía sobre la importancia de preservar el patrimonio construido del País, el CAAAPR ofrecerá una charla, titulada “Hotel Cerromar: Nominación de Sitio Histórico”. La fecha de la misma se anunciará próximamente y participarán las Arquitectas Diana Luna, experta en zonas históricas, Jeannette Rullán, represente de la comunidad de Breñas, Karen Cuadrado e Ivonne María Marcial Vega, directora del Comité de Patrimonio y presidenta del Colegio de Arquitectos y Arquitectos Paisajistas de Puerto Rico, respectivamente, quienes han estado a cargo de presentar el proyecto de nominación ante la JP.

A finales de siglo XIX y principios del XX, la finca donde se construyó el hotel Cerromar era conocida como Hacienda la Sardinera, en la cual se cultivaban frutos menores. Para 1953, se construyen las primeras viviendas en el Reparto Breñas (Breñas States) en una finca de 14 cuerdas, propiedad de Tomasa y José Andreu. La familia Andreu fue vendiendo solares a familias interesadas conformándose así dicha comunidad.

Luego de que la finca original experimentara varios cambios de dueños y segregaciones, el inversionista Lawrence Rockefeller, adquirió parte de los terrenos de la antigua finca perteneciente a Clara Livingston y desarrolló el proyecto hotelero Dorado Beach (1958) en el Municipio de Dorado. Posteriormente, adquirió varias fincas al noreste del Municipio de Vega Alta, en las cuales desarrollo el Resort Cerromar (1971), con el propósito de complementar las facilidades del Dorado Beach y atraer el turismo asociado a las convenciones. En el 1985 los terrenos y las estructuras fueron adquiridos por la compañía Hyatt Hotels Corp. quienes mantuvieron la operación de ambos complejos hoteleros hasta el cierre de los mismos en el 2006 y 2003, respectivamente.

Diseño y Construcción

En el 1970, luego del prestigio y éxito alcanzado por la hospedería durante los 13 años de operación, Rockefeller comisionó la expansión del complejo a la firma de arquitectos Toro y Ferrer. Dicha firma había diseñado el emblemático hotel Caribe Hilton en San Juan (1949) y fueron consultores de otros hoteles para la cadena Hilton, como el Tel-Aviv Hilton y el Addis- Ababa Hilton en Etiopía, entre otros proyectos residenciales e institucionales de gran calidad arquitectónica y funcional.

El Plan Maestro de Toro y Ferrer contemplaba la construcción de 508 habitaciones para el Centro Turístico Costero. Además de restaurantes, áreas de ventas al detal, centro de convenciones, casino, canchas de tenis, campo de golf y otras amenidades recreativas a un costo de 30 millones de dólares. La intención del diseño estaba fundamentada en la motivación de que los huéspedes recibieran “una sensación de amplitud y libertad en un diseño caribeño de exuberantes jardines, teniendo a la vista el Océano Atlántico”.

El CAAPPR es una organización cuasi pública creada con el fin de velar por los intereses y responsabilidades del gremio y fomentar el conocimiento y aprecio de la arquitectura y la arquitectura paisajista, entre otros deberes.