Sergio Marxuach. (Foto cortesía de Newsismybusiness)

El gobierno ha mostrado progreso en su esfuerzo por mejorar su situación fiscal, no obstante todavía hay indicadores que muestran estancamiento, son negativos o ofrecen incertidumbre. Esta fue la conclusión principal de un análisis realizado por el Centro para la Nueva Economía (CNE).

La organización, que se dedica a la investigación y desarrollo de política pública, advierte que la situación fiscal podría empeorar con el fin de los fondos ARRA y del Fondo de Estabilización Fiscal; la complejidad de resolver el déficit estructural del Sistema de Retiro; la necesidad de aumentar los subsidios a las corporaciones públicas; y si se produce una degradación en la clasificación de la deuda por parte de Moody’s.

Según Sergio Marxuach, director de Política Pública del CNE, el gobierno ha hecho un esfuerzo significativo para reducir el presupuesto desde 2008. Ha controlado –o incluso reducido– la tasa de crecimiento de algunos gastos pero todavía hay una alta dependencia de fondos federales, que representan una quinta parte de los gastos del gobierno. El uso de fondos de la ley federal de recuperación económica (ARRA), del Fondo de Estabilización y las emisiones de bonos para el refinanciamiento de deuda plantean dudas sobre el verdadero alcance de las reducciones en los gastos.

Los datos muestran una reducción en el gasto de nómina a mediano plazo. Entre el 2008 y el 2012, el empleo en el gobierno se habrá reducido 15.1%, hasta 180,788, unos 32,000 empleados menos. Pero en el corto plazo se observa un leve incremento.

En cuanto a los ingresos contributivos, Marxuach explica que se hace difícil hacer proyecciones ya que tanto los individuos como las corporaciones se están ajustando a los cambios de la Reforma Contributiva. La apuesta del Gobierno es que los recaudos van a aumentar de forma significativa como resultado de una mejor fiscalización del Impuesto sobre Ventas y Uso (IVU), la implantación del IVU Lotto y el impuesto especial a las corporaciones foráneas. “Desde nuestro punto de vista, los estimados interanuales del gobierno son agresivos”, dijo Marxuach.

No ha habido progresos en los esfuerzos para reducir el déficit estructural, que en los últimos cinco años se ha mantenido sin cambios. El servicio de la deuda ha crecido de forma significativa desde el 2008 a una tasa anual de 9.1%, que Marxuach califica de insostenible.