Universia Knowledge@Wharton

A medida que la relación entre EEUU y Cuba evoluciona, lo mismo sucede con el potencial de inversiones americanas en la isla. Dan Loney, presentador del programa de Knowledge@Wharton en Wharton Business Radio, canal 111 de SiriusXM, conversó de forma reciente sobre el asunto con Michelle Caruso-Cabrera, jefe de la oficina internacional de CNBC, y Tom Herzfeld, profesional de inversiones que ha estado estudiando las posibilidades que ofrece Cuba en esta etapa inicial y que planea invertir de forma significativa en el país en el futuro. Herzfeld y Caruso-Cabrera también estarán presentes el día 1 de abril, con motivo del patrocinio por parte de Knowledge@Wharton, el Instituto Lauder (Lauder Institute) y Momentum Group del Cuba Opportunity Summit en NASDAQ MarketSite, en Nueva York.

A continuación, la versión editada del encuentro.

Dan Loney: Michelle, vamos a hablar sobre Cuba y sobre la importancia de la isla para usted.

Michelle Caruso-Cabrera: Mi madre es cubano-americana. Ella tenía 13 años, a principios de la década de los años 60, cuando llegó exiliada a EEUU. Por tanto, siempre he escuchado muchas cosas acerca de Cuba, contado por ella y por sus padres. Después, como jefe de la oficina internacional de CNBC, Cuba pasó a ser para mí esa isla tan cerca de EEUU. Cuando conversas con personas del mundo de los negocios, para esa gente Cuba es potencialmente —no políticamente— el estado 51 […] Son más de 11 millones de personas que podrían ser un mercado en potencia tan próximo que no habría necesidad de preocuparse demasiado por los costes de transporte y ventas como en otras regiones al otro lado del océano.

Dan Loney: Tom, usted está analizando el potencial de las oportunidades para las empresas que serán socias evidentes de la economía cubana en un primer momento […] Su interés por Cuba se remonta a algunas décadas. ¿Cómo surgió ese interés?

Tom-Herzfeld: Bien, yo me especialicé en fondos mutuos cerrados. Desde el siglo XIX, esos fondos son la puerta de entrada para los inversores en los mercados emergentes. Por lo tanto, como estamos situados en el sur de Florida, una región inmersa en la cultura, sociedad y economía cubano-americanas, y conocemos muy bien el Caribe, me pareció que ante esa combinación de especialistas en fondos cerrados y conocedores de la región del Caribe/Cuba, ¿por qué no formar un fondo para invertir en la región?

Loney: En uno de los artículos que leí al respeto, usted hace referencia al clásico Tiburón, película de los años 70, especialmente aquella escena en que Roy Scheider dice: “Va a necesitar un barco más grande”. Obviamente, Cuba es una gran oportunidad para mucha gente.

Herzfeld: Es una oportunidad no sólo desde el punto de vista comercial para el inversor, sino también es algo fantástico poder participar en la reconstrucción de un país, principalmente para alguien como yo que negocia acciones desde los años 60, al final, acaba siendo un poco tedioso. Es muy diferente, es emocionante, cuando uno se involucra en cosas como la agricultura, la construcción y el transporte.

Caruso-Cabrera: ¿Qué tipos de acciones forman parte del fondo? […] Lo que hay detrás del fondo es la idea de que cuando las relaciones se restablezcan, o cuando podamos hacer negocios en alguna medida con Cuba, ¿las acciones del fondo se beneficiarán? ¿Cuáles serías las áreas de negocio más beneficiadas?

Herzfeld: Si me permite, me gustaría comentar algunas cosas primero. Estamos en un periodo de tranquilidad en este momento en el sector de fondos de empresas negociados en bolsa. Pero nosotros también gestionamos dinero de cuentas privadas, y hemos creado de forma reciente una asociación de inversión para invertir en Cuba. Por lo tanto, me gustaría señalar que las observaciones que haré a continuación nada tienen que ver con nuestro fondo negociado en bolsa.

Hace veinte años, analizamos todas las industrias que tenían posibilidades de éxito cuando se reabriera el comercio con Cuba. Identificamos centenares de proyectos con potencial, en muchos de los cuáles podemos invertir ahora, es decir, ahora podemos hacerlo de forma legal. Los sectores destacados en nuestro análisis son las telecomunicaciones, los materiales de construcción, los materiales relacionados con la construcción, el turismo, la hostelería, los servicios de viajes, de transporte marino y la agricultura. Éstos constituyen la primera tajada del pastel en que pretendemos invertir.

Caruso-Cabrera: Parece muy interesante. ¿Podría darnos ejemplos? Cuando voy a Cuba, veo que están abriendo restaurantes, pequeños negocios. ¿Está hablando de ese tipo de cosas?

Herzfeld: Al principio, creo que habrá inversiones en pequeñas empresas. Esa es, de hecho, una de las áreas en que podemos invertir. Pero, sin lugar a dudas, invertiremos en telecomunicaciones, hace poco se ha anunciado un acuerdo y eso es algo que estamos mirando. Otra área importante son los materiales de construcción. El comercio entre Florida y Cuba, el transporte de materiales de construcción, será un sector fuerte. El turismo también, claro. Hay una escasez tremenda de habitaciones en los hoteles cubanos, lo que nos trae a la mente los cruceros, ya que ellos cuentan con el mayor número de habitaciones disponibles para uso inmediato. También podremos invertir en la agricultura. Los alimentos quedan fuera del embargo.

Loney: Tom, ¿cuándo cree que todo esto va a comenzar? ¿A finales de este año o tal vez a principios del que viene?

Herzfeld: Creo que sí, este año, pero ya me equivoqué en el pasado […] Sin embargo, todo indica que será este año. El mes que viene tendremos la reunión de la Cumbre de las Américas.

Caruso-Cabrera: Ese es el plazo que a Obama le gustaría cumplir; la idea es que, en la reunión de la Cumbre, las embajadas en ambos países sean reabiertas, restableciéndose por último las relaciones diplomáticas entre los dos países. Por eso se trata de un evento tan importante.

Herzfeld: Eso es interesante porque una de las empresas que creé hace 20 años —era una empresa privada, familiar— se llamaba “Summit of the Americas” [Cumbre de las Américas].

Loney: Uno de los fondos, irónicamente, tiene como ticker [símbolo de cotización en bolsa] CUBA, y despertó un fuerte interés el año pasado. Es obvio que el nivel de interés por el fondo aumentó. Y supongo que hubo un pico inaudito de interés cuando el presidente anunció los cambios.

Herzfeld: Sí. No puedo hablar sobre nuestro fondo cotizado. Me gustaría mucho poder hacerlo, pero no es posible.

Caruso-Cabrera: Tom […] usted invierte en el Caribe […] Personalmente, estoy interesada en Cuba, pero me parece que la imagen mental que se han formado las personas sobre Cuba es que es mayor que cualquier otra isla del Caribe en lo que se refiere a su tamaño, a su población, etc. ¿A qué atribuye eso?

Herzfeld: Recursos naturales, tasa de alfabetización, industria, pueblo trabajador. Cuba es el eje del Caribe. En el momento en que se reanude el comercio, creo que el crecimiento del país será tremendo.

Loney: Respecto a Cuba, específicamente, hemos escuchado muchas historias sobre las numerosas necesidades que tiene el país. Usted citó anteriormente gran cantidad de categorías diferentes, ¿pero habría una o dos a destacar por su importancia y por las cuales Cuba debería preocuparse más?

Herzfeld: Bien, veamos cuales son históricamente las mayores industrias: ron, azúcar, tabaco, turismo, minería, pesca. Sin embargo, siempre encontré muy interesante el hecho de que nuestra oficina y que mi casa estén muy próximos al puerto de Miami, y de eso ya hace unos 25 años. Por lo tanto, cuando miro por la ventana —de ahí vienen muchas de nuestras ideas sobre inversiones— veo el puerto y la entrada del puerto, veo los navíos de crucero, las empresas de dragado, los transbordadores que van y vienen, las terminales, las grúas. Y entonces pienso que todas esas cosas van a estar a la vanguardia de la reanudación del comercio con Cuba.

Caruso-Cabrera: Estados Unidos está claramente intentando facilitar que usted pueda hacer negocios en Cuba. Eso es evidente. ¿Cree que el Gobierno cubano tendrá una actitud recíproca? Hay mucha gente que me dice: “Fantástico, finalmente los cubanos van a tener Internet”. Yo les respondo: “Bien, en realidad Cuba podría haber comprado equipos de Internet a China. Ellos compran alimentos a los chinos, compran arroz, judías. Pero no compran equipos de Internet. Tal vez los cubanos no tengan Internet porque el Gobierno no quiere que la población tenga Internet. Sólo porque podemos venderles cosas eso no significa que ellos vayan a querer comprárnoslas, ¿no es así?

Herzfeld: Sí, creo que la penetración del mercado es del 5%.

Caruso-Cabrera: Así es.

Herzfeld: Creo, sin embargo, que la actitud del Gobierno cubano está cambiando. Su disposición a restaurar la democracia, la libertad política y el libre comercio ya está en marcha. Por eso, no se trata de saber si va a suceder, sino a qué velocidad. Yo creo que es un proceso de vía rápida.

Loney: Es preciso que el Gobierno también piense de esa manera; que él se dé cuenta de que necesita hacer cambios para que el país participe de forma efectiva en el comercio. Está claro que ellos comercian con muchos países de todo el mundo, pero no conseguirán ampliar ese universo y hacer que su país sea la opción mejor para una gran variedad de cosas si no alcanzan acuerdos con EEUU y con otros países del mundo.

Herzfeld: Estoy totalmente de acuerdo. Será interesante ver cómo lidian con la cuestión del derecho de prioridad. Eso es algo que estamos estudiando en profundidad […] En todos los países donde ha habido una disputa en torno al derecho de prioridad, la cuestión se resolvió de una forma o de otra. Por lo tanto, creo, de hecho, que una forma de resolver ese problema es intercambiando las reivindicaciones, en parte, por acciones de un fondo de inversiones. A fin de cuentas, ese fondo podría ser la primera acción negociada en la bolsa de valores de Cuba.

Caruso-Cabrera: Eso sería fabuloso.

Loney: Para aquellos que no están al corriente, vamos a hablar un poco sobre esos “derechos de prioridad”. Los exiliados que dejaron atrás propiedades tienen derecho a reivindicar las casas y empresas que abandonaron. Además de eso, hay centenares de empresas americanas y/o individuos cuyas propiedades fueron confiscadas a principios de los años 60 por el Gobierno cubano. Hay numerosas demandas de derecho de prioridad en el Departamento del Tesoro de EEUU a la espera de que sean negociadas en algún momento con un futuro Gobierno que esté dispuesto a negociar. La pregunta siempre fue: ¿cómo resolverlo? ¿Cómo hacer que las personas reciban algún tipo de remuneración por lo que antes les perteneció?

Herzfeld: A propósito, uno de mis socios tiene derecho a uno de los mayores derechos de prioridad del país. Pero me gustaría crear un fondo que pagara a las personas que no quieran reclamar, o que no estén dispuestas a esperar a un acuerdo futuro. Si fuera aprobado por el Departamento del Tesoro de EEUU y por el Gobierno cubano, nos gustaría intercambiar las reclamaciones por acciones en nuestro fondo, de manera que las personas dispuestas a renunciar a sus demandas sobre una propiedad específica puedan participar en un grupo mayor de reclamaciones. Eso tendría como resultado empresas e inversiones en esas empresas que contribuirían al desarrollo, por ejemplo, de una vieja fábrica de cemento, una plantación de caña de azúcar o algo parecido.

Caruso-Cabrera: No debemos subestimar esa cuestión. Mi madre aún habla de volver y recuperar la casa que fue de mi abuela. Hay numerosos exiliados cubanos que hablan de la misma manera.

Loney: Imagino que haya muchos cubanos pensando en la posibilidad de volver y encontrar un buen nivel de seguridad y, al mismo tiempo, recuperar su herencia y poder visitar parientes que aún están por allá. Hay también un aspecto muy personal en todo eso.

Herzfeld: Sí, escuchamos hablar de eso todo el tiempo, principalmente en Florida. Pero, a medida que las generaciones van sucediéndose, los intereses cambian. Si, por ejemplo, creamos un fondo a cambio de las reclamaciones, podría haber dos clases de acciones. Tal vez la generación más antigua quiera tener un tipo de acción que le sirva de renta, mientras la generación siguiente tal vez esté más interesada en la oportunidad de crecimiento y en la oportunidad de participar en parte de la herencia cubana. Por eso, creo que la generación más joven tiene una visión un poco diferente de la de sus padres.

Caruso-Cabrera: Los datos de las investigaciones muestran eso. Cuando conversa con las personas de una generación más antigua, muchos tienden a apoyar de forma radical el embargo, mientras la generación más nueva cree que es hora de seguir adelante e intentar algo nuevo. Tom, ¿usted ya ha estado en Cuba? Siempre quise saber si ir a Cuba forma parte de su filosofía de inversión

Herzfeld: Personalmente, no voy. Mi equipo va, inclusive mis hijos que trabajan en la empresa. Ellos participan en misiones humanitarias. Por una cuestión de aprecio por mis amigos aquí en Miami, que me piden para no vaya, decidí no ir.

Caruso-Cabrera: Ese es otro problema también […] Mucha gente de la generación más antigua dice a sus hijos: “No vuelvan”. Y también a los nietos. Eso acaba convirtiéndose en un problema en la familia y puede realmente causar divisiones.

Loney: ¿Hasta qué punto el Gobierno cubano va a cambiar después de que se abran las puertas, ya que el hermano de Castro está al mando y gobierna el país? ¿O será preciso esperar a que otro nombre que no sea “Castro” esté al frente del Gobierno cubano para que se produzcan, de hecho, los cambios a que nos referimos y que, tal vez, esperamos?

Caruso-Cabrera: Bien, ciertamente la forma en que la ley del embargo ha sido redactada exige que los Castro salgan de escena. Además de eso, hasta el momento se han realizado cambios muy pequeños en la isla que, en mi opinión, el Gobierno no es consciente del impacto que pueden tener. Hace algunos años, el Gobierno anunció que “de entrada, todos tenían que trabajar para el Gobierno. Todos eran empleados del Gobierno”. Toda tienda, todo [era controlado por el Gobierno]. Ahora, ellos dicen: “Muy bien, aquí hay 200 categorías de actividades en que ustedes pueden trabajar por cuenta propia”. Las personas que abrieron pequeñas empresas están teniendo buenos resultados en comparación con las demás. Creo que eso sorprendió al Gobierno. Basta con levantar sólo un poco la tapa de la represión económica para provocar un gran impacto.

Loney: Es obvio que se necesitará un cierto tiempo para que las cosas comiencen a suceder en Cuba. Pero sólo el hecho de que haya pequeñas empresas funcionando es suficiente para que se produzca un impacto en la economía, esa es una manera excelente de dar pie a una gran corriente favorable de opinión pública.

Herzfeld: Estoy totalmente de acuerdo.

Loney: En el caso de Cuba, las cosas parecen más fáciles respecto a los tipos de inversiones que usted podrá hacer, ya que las necesidades parecen ser inmensas en todo el país. ¿Esto es así? Es como si se sentara y escogiera tranquilamente lo que desea.

Herzfeld: Son tantas las oportunidades que cuando calculas el total que se puede invertir se alcanza la cifra de miles de millones. Pero nosotros tenemos una lista de lo que es legalmente permitido. Ahora mismo, mientras conversamos, ya estamos entrando en acción. Hay otra lista más completa —si el embargo se suspende poco a poco, tal y como creemos que será— con otras oportunidades. Está claro que la reanudación completa del comercio es interesante. Hemos llamado la atención de muchas otras empresas en que invertimos — compañías cotizadas que quieren ir a Cuba. Podrá ser una cadena de hoteles, una línea de cruceros, una empresa de construcción, una compañía de transbordadores, una compañía aérea. Estamos intentando conseguir una inversión que sea totalmente para Cuba, de manera que podamos invertir junto con esas empresas.

Loney: ¿Esas empresas serían principalmente americanas o hay también empresas de otros países?

Herzfeld: La mayor parte de las empresas de que estamos hablando son americanas, pero conversamos recientemente también con empresas españolas y canadienses, y algunas otras empresas de otros países del Caribe. México ciertamente está muy interesado en ampliar su comercio actual con Cuba.

Caruso-Cabrera: Bien, eso es interesante porque, además de EEUU, todos los países que ha mencionado podían invertir en Cuba anteriormente, si querían. ¿Cree que ellos están viendo algún cambió en la relación con EEUU que les dé más confianza para invertir en la isla?

Herzfeld: Sí, son muy tímidos. Nosotros nos reunimos ayer con una agencia que representa a Japón. Tienen cerca de US$ 1.000 millones en deudas impagadas de los años 90 que aún están intentando recuperar. Tuvimos un diálogo muy positivo con empresas japonesas recientemente. Creo que muchas empresas de esos países nos usarán como forma de expandir y desarrollar nuevos negocios en Cuba.

Loney: Parece que usted no cuenta sólo con las empresas que, según ha dicho, demostraron interés en invertir, sino con una lista muy grande de empresas de otras áreas que, con la suspensión del embargo, están listas para invertir.

Herzfeld: Ellas están listas. Algunas están invirtiendo en nuestro fondo privado. Otras nos han pedido que hagamos inversiones juntos y que las ayudemos a abrir sus negocios. Nuestro equipo está compuesto por algunos cubano-americanos destacados. No quiero extenderme sobre el asunto por el momento, pero tenemos conocimiento y relaciones para ayudar a las empresas a invertir en Cuba.

Caruso-Cabrera: ¿Podría hablar sobre el tamaño, en general, de esas inversiones? En este mercado emergente, es decir, aún no es ni emergente, ¿correcto? Usted no invertiría miles de millones de dólares en una única inversión, ¿no es así? ¿Estamos hablando de inversiones en torno a un millón, menos de eso, muchos millones?

Herzfeld: Creo que, inicialmente, tal vez entre 10 ó 20 inversiones de US$ 25 a US$ 50 millones.

Caruso-Cabrera: ¿Cada una?

Herzfeld: Sí, inicialmente.

Caruso-Cabrera: ¡Impresionante! Será una montaña de dinero entrando en el país en comparación con las inversiones externas directas que Cuba ha tenido en los últimos 50 años, y que fueron prácticamente insignificantes.

Herzfeld: Estamos trabajando con esos objetivos. Serán inversiones en serie, en series de asociaciones. Al final serán miles de millones de dólares.

Loney: Una vez abiertas las puertas, será una verdadera avalancha de capital, ¿no es verdad?

Herzfeld: Sí. Pero no queremos que nos vean como aventureros. Ese es el tipo de error que las personas que vengan después de nosotros podrían cometer.

Loney: ¿Cuál es la dificultad específica de lidiar con eso? Esa es una percepción que, obviamente, no quiere que se asocie con usted, o su empresa. ¿Es una especie de cuerda floja sobre la que debe caminar?

Herzfeld: Bien, el consejero delegado de Herzfeld Cuba Alternative Division administra una fundación de caridad, además de ser un hombre de negocios. Por lo tanto, somos sensibles a la necesidad de que Cuba tiene que reconstruir su clase media. Esa es una de nuestras preocupaciones.

Caruso-Cabrera: Cuando habla de las inversiones que hará en Cuba, hay que tener en cuenta que no hay un estado de derecho y que hay muchas cuestiones que hacen arriesgadas las inversiones, tal y como ocurre en muchos mercados emergentes. En general, los inversores exigen un retorno mayor por sus inversiones arriesgadas. ¿Qué tipo de retorno, tratándose de inversiones iniciales, cree que tendrá, y en cuánto tiempo?

Herzfeld: Creo que no debería decirle lo que estamos intentando hacer. Pero usted está en lo cierto. Esperamos más retornos de los que las personas tendrían en iniciativas privadas y más que en inversiones comunes. Queremos el riesgo. Las personas que invierten con nosotros están dispuestas a correr riesgos, y nosotros estamos dispuestos a arriesgarnos.

Loney: Tom, ¿se producirá también un cambio en el Caribe en el momento en que las puertas de Cuba se abran? Cuando las relaciones entre EEUU y Cuba vayan a plena velocidad, ¿cuál será el efecto de eso sobre los otros países?

Herzfeld: Bien, ciertamente habrá cambios en el turismo, un cambio geográfico. Pero en lo tocante a otros tipos de comercio, creo que la marea será favorable al resto de países de la región.

Caruso-Cabrera: Tom, ¿cuando el presidente hizo su declaración aquella mañana, usted sospechaba lo que ocurriría? Lo pregunto porque ha estado hablando de invertir en Cuba desde hace mucho tiempo, desde que yo lo conozco, desde que empecé a trabajar en CNBC. ¿Qué pensó cuando se realizó el anuncio aquel día?

Herzfeld: Fue lo que Dan dijo: “Necesitamos un barco más grande”. Pero yo no esperaba que el anuncio fuera tan amplio […] No creía que Obama haría un cambio tan histórico. Fue algo realmente histórico. Será uno de los factores más importantes de su legado.

Loney: Yo iba a decir que acabó siendo una pieza muy importante del rompecabezas, especialmente para el presidente Obama en sus últimos dos años. Usted siempre ha comentado aquí en EEUU, en el Congreso, las cosas que el presidente está intentando conseguir en sus últimos años. Eso, obviamente, se ha convertido en uno de los eventos más importantes que él quiere completar antes del final de su mandato.

Herzfeld: Sí, creo que se trata de un logro muy positivo, y creo que él va a conseguirlo.