Por Luisa García Pelatti
En una editorial sin precedentes, Bloomberg apoya la inclusión de las corporaciones públicas de Puerto Rico en el Código de Quiebras Federal. Los editores aclaran que con ello Estados Unidos no está ofreciendo un rescate, pero ayudaría a que las corporaciones de la Isla puedan declararse en quiebra. “Let Puerto Rico Go Bankrupt” es el título del editorial, que destaca que “en un mundo ideal Puerto Rico estaría en la quiebra”.
Pero lo más revelador es que Bloomberg hable de que Puerto Rico está en un limbo político (“status limbo”), que hagan referencia a los perjuicios del salario mínimo federal, de la “anticuada” Ley Jones o que digan que tarde o temprano los puertorriqueños tendrán que decidir sobre su futuro (“Sooner or later, Puerto Rico’s inhabitants will have to decide their island’s future destiny”). Sorprende por lo que dicen, pero sobre todo que lo digan, porque las noticias de Puerto Rico ocupan poco espacio en los medios de Estados Unidos.
El editorial también señala que según Moody’s, Puerto Rico podría declarar el cese de pagos en dos años, o que la deuda es una carga aplastante (“crushing burden”). “Todas son cosas que los americanos sencillamente no decían y ahora las dicen, comentó un analista.
Me parece también significativo el párrafo final:
“Sooner or later, Puerto Rico’s inhabitants will have to decide their island’s future destiny. They should be allowed to do so standing up, not on their knees begging for fiscal mercy”.
No parece que nos estén invitando a ser un estado ¿o sí?
Y finalmente, si pueden, no se pierdan los comentarios al final del editorial, un rosario de mitos y prejuicios sobre los puertorriqueños que unos pocos valientes boricuas (de aquí y de allá) tratan de desbaratar.
