Por Luisa García Pelatti

El Negociado de Análisis Económico de los Estados Unidos (BEA, por sus siglas en inglés) ha empezado a publicar los primeros estimados de los componentes del Producto Interno Bruto (PIB), después de anunciar en el mes de junio que se haría cargo de realizar los estimados de crecimiento económico, algo que hasta ahora hacía la Junta de Planificación.

BEA llama a estos datos preliminares “prototipos”. Los prototipos que se ha publicado son los de Gastos de Consumo Personal, la Inversión Privada en Capital Fijo y las Exportaciones Netas de Bienes. Estas estadísticas anuales abarcan un periodo de cinco años, de 2012 a 2017. Los componentes restantes son la inversión en inventario, las exportaciones netas de servicios y el gasto de gobierno.

Estas estadísticas utilizan fuentes de datos y metodologías actualizadas. Con su publicación, el BEA le solicita al público comentarios con el propósito de refinar las fuentes de datos y los métodos empleados para la preparación de estas estadísticas. Los datos están disponibles en el siguiente enlace.

El objetivo es que estos estimados sirvan en la producción de estadísticas sobre el PIB de Puerto Rico que sean consecuentes con los lineamientos internacionales y que sean directamente comparables con los datos de Estados Unidos y otros países.

Gastos de consumo personal

Los gastos de consumo personal (PCE, por sus siglas en inglés) miden las compras en bienes y servicios de los hogares o personas residentes en Puerto Rico. Desde 2012 hasta 2017, los PCE “reales”, o ajustados por inflación, se contrajeron a una tasa anual promedio de 1.8%; lo que es consecuente con la reducción en la población que se observa durante ese periodo.

Las mayores reducciones en los gastos reales de los consumidores ocurrieron en 2014 y 2017. En 2014 (-2.9%) los residentes redujeron sus gastos en bienes y servicios, mientras se observó una reducción en los salarios y una subida en los precios al consumidor. Las caídas en el consumo de bienes fueron amplias; las mayores contracciones se vieron en los vehículos de motor y en “otros” bienes no duraderos, los que incluyen artículos tales como medicinas y vestimenta. En 2017 (-2.4%), los huracanes Irma y María causaron daños catastróficos que dificultaron el acceso de los consumidores a un sinnúmero de bienes y servicios. Los renglones de los servicios médicos, los de vivienda, los servicios públicos de redes (electricidad, acueductos, telefonía, etc.), y “otros” servicios (incluyendo los servicios educativos) se vieron severamente afectados.

Inversión privada en capital fijo

La inversión privada en capital fijo (PFI, por sus siglas en inglés) mide el gasto de las empresas privadas, instituciones sin fines de lucro, y de los hogares, en activos fijos en la economía. Este gasto se desglosa en tres categorías: estructuras, equipo, y productos de propiedad intelectual (IPP, por sus siglas en inglés).

Luego de reducirse en 2013 (-1.2%), la PFI real de Puerto Rico aumentó por cuatro años consecutivos. De 2013 a 2017, el gasto real en inversión creció 3.2%. El incremento se observó en los gastos en equipo y en los productos de propiedad intelectual, incluyendo los gastos en investigación y desarrollo (R&D por sus siglas en inglés). Estos aumentos fueron contrarrestados parcialmente por la reducción en los gastos en estructuras. La disminución en los gastos de inversión en estructuras reflejó la gran reducción observada en los gastos en estructuras residenciales, compensada en parte por el aumento en los gastos en estructuras no residenciales.

En 2017, el crecimiento en los gastos de las estructuras no residenciales evidenció la reconstrucción de propiedades comerciales en los meses subsiguientes luego de los huracanes Irma y María; y la reducción en los gastos de estructuras residenciales exhibió el descenso continuo en la demanda por viviendas.

Esto último es consecuente con la tendencia a la baja en los niveles de población, acentuada a su vez tras el paso de los huracanes.

Exportaciones netas de bienes

El balance comercial en bienes —la diferencia entre exportaciones e importaciones— fue positivo para todos los años bajo consideración, desde 2012 hasta 2017. El superávit fluctuó entre $12,400 millones en 2012, y $28,600 millones en 2015.

La mayoría de los bienes exportados, aproximadamente 74% durante ese periodo, correspondieron a productos farmacéuticos y a otros productos químicos orgánicos. Otras exportaciones importantes fueron los dispositivos y equipos médicos —que se incorporan tanto en bienes de consumo como en bienes de capital— y los alimentos y bebidas.

Las exportaciones de bienes en términos reales subieron de 2012 a 2015, registrando la tasa más alta de crecimiento en 2014 (4.4%). El incremento en 2014 reflejó un aumento de sobre 50% en bienes de consumo, excluyendo alimentos, automóviles y productos farmacéuticos. La expansión de esta serie se debió en gran medida a la gran ampliación en las exportaciones de dispositivos médicos de implante y prótesis. Las exportaciones en términos reales bajaron en 2016, y disminuyeron por más de 14% en 2017, mostrando los efectos sobre el sector manufacturero de los huracanes que se experimentaron en ese año.

Con respecto a las importaciones, los productos químicos orgánicos y farmacéuticos constituyeron cerca del 43% del total. Los productos de petróleo contabilizaron alrededor del 12% de las importaciones, mientras que los alimentos y bebidas rondaron el 10%. La mayoría de los productos de petróleo y de los alimentos para consumo local se importan.

Durante el periodo de 2012 a 2017, el mayor incremento en las importaciones reales ocurrió en 2016, mientras que la mayor reducción sucedió en 2017. Las importaciones de bienes en términos reales crecieron un 11.2% en 2016, reflejando un alza marcada en productos farmacéuticos y químicos orgánicos. En 2017, las importaciones de bienes en términos reales disminuyeron un 12.4%. La reducción se debió principalmente a una baja en los productos químicos orgánicos y farmacéuticos, pues exhibieron tanto los efectos de los huracanes como el regreso a los niveles previos de importaciones dentro de esa categoría.

La Junta de Planificación había publicado en mayo que la economía se contrajo 4.7% en el año fiscal 2018. Las proyecciones para el año fiscal 2019 son de un crecimiento de 2.0%. Las proyecciones de la Junta de Control Fiscal son más optimistas. El Plan Fiscal certificado en mayo por la Junta de Control Fiscal estima que en el actual año fiscal (2019) el PIB crecerá 4.0%.