Por Evelyn Otero Figueroa / BizNet Media

El presidente de la Asociación de Bancos lo dijo varias semanas antes a los constructores de hogares y lo repitió ante sus colegas de la Asociación Puertorriqueña de Analistas Financieros (APAF): aunque lo peor del ciclo ya pasó –en 2008, 2009 y 2010– todavía quedan grandes retos en el entorno bancario de Puerto Rico. Además, anticipó que “la recuperación va a seguir pero no será acelerada” y que la banca tendrá que reconocer que “no va a ser lo mismo que vimos”, refiriéndose a los grandes cambios sociales, económicos y demográficos acaecidos.

Aurelio Alemán, también presidente y principal oficial ejecutivo de First Bancorp (la matriz de FirstBank, el segundo banco en la Isla), contó cómo hace dos años –cuando tomó las riendas de la institución financiera– tenían la expectativa de que el Producto Nacional Bruto (PNB) comenzaría a crecer, pero no ha sido así. “Aunque la economía muestra alguna estabilización”, el “crecimiento” en 2011 aún es negativo, y “no ha llegado a cero todavía. Eso ha cambiado la perspectiva. El desempeño de la banca está bien vinculado a la economía; hay una relación circular”, afirmó. Econews –el boletín que publica la Asociación de Industriales y que prepara Estudios Técnicos– acaba de augurar que la economía podría terminar el año fiscal 2011-12 (en curso) con un crecimiento cercano a cero o levemente negativo.

De hecho, en la primera ilustración –una pirámide invertida titulada: “La crisis financiera motivó grandes cambios en la Industria Bancaria en el ámbito global y local”– de su presentación figuró la recesión en esa primera capa mayor, seguida por el deterioro de la calidad de los activos y por los limitados depósitos. La última capa es la de los cambios regulatorios. Todo eso impulsó el decrecimiento en activos (“deleverage”), que los bancos enfrentaran problemas y fracasaran, las transacciones asistidas por el FDIC (“Federal Deposit Insurance Corporation”) y la eventual recapitalización de las instituciones.

Las cuitas

Sobre la situación de la banca en Puerto Rico, Alemán destacó la magnitud de los activos no productivos (los llamados préstamos “malos” en arroz y habichuelas). Como bien indica su nombre, no generan ingresos pero cuesta mantenerlos en cartera y, finalmente, en los estados financieros de los bancos. Alemán hizo énfasis en que su situación “ha mejorado, pero que aún no estamos al final del camino en el sector y la economía”. Eran $6,894 millones ($6.9 millardos) en 2009 –su punto más alto– y ahora (3er. Trimestre 2011) alcanzaron los $3,902 millones (casi $4.0 millardos), una baja del 43%.

En el mismo periodo (2009 a 2T11), los préstamos no productivos de construcción bajaron de $2,671 millones a $812,837 (a menos de $1 millardo) en el segundo trimestre de este año y luego a $704,120 en el tercero, una baja significativa del 74% (de casi $2 millardos) desde 2009; y los de hipotecas residenciales de $1,802 millones a $1,619 millones y a $1,565 millones, una baja del 13%, según los datos oficiales de la Oficina del Comisionado de Instituciones Financieras (OCIF). Aun así, el ejecutivo indicó que la morosidad y los préstamos de construcción representan las mayores pérdidas, lo que les convierte en “el activo menos atractivo” y que “no hay forma de justificarlos”. También dijo que “las pérdidas ya han sido reconocidas y ya han impactado los estados de situación. Quedan pocos sin reconocer y hay que sacarlos de los estados de situación de los bancos”.

Los datos (de la OCIF) de las reservas para pérdidas en préstamos y arrendamientos reflejan que vienen aumentando agresivamente desde 2005 hasta 2009 (cuando presentó su cifra más alta: $1,812 millones): en un 18%, 29%, 40% y 31% en cada uno de esos cuatro años, respectivamente. A partir de 2010 la cifra se han mantenido prácticamente estable en $1,292 millones en 2010, $1,370 millones en el segundo trimestre de este año y $1,379 millones en el tercero (el dato más reciente). Sobre este indicador, Alemán opinó que “no toda la reserva se va a perder”.

Otro elemento que resaltó Alemán es que Puerto Rico es “el único lugar donde los depósitos de clientes son menores que los préstamos”, en todo el territorio de Estados Unidos. Un reflejo de ello ha sido la tradicional dependencia de los “depósitos negociados” (“brokered deposits”), que se han reducido significativamente por la intervención directa de los reguladores financieros.

Los activos totales de la banca comercial (excluye las divisiones internacionales) al concluir el segundo trimestre de este año fueron $70,547 millones y $69,973 millones en el tercero (41% del total de $169,182 millones de activos financieros del sistema). Los activos de la banca se han reducido un 20% desde su punto más alto en 2007: $87,918 millones.

Del rojo al negro, aquí y allá, pero …

La matriz de los bancos comerciales y sus subsidiarias ganaron $256 millones en el tercer trimestre, lo cual contrasta marcadamente con los $353 millones en pérdidas en igual periodo de 2010, según los datos más recientes del FDIC publicados por el diario virtual Sin Comillas, colaborador estratégico de BizNet Media. Todos los bancos (incluye a la matriz y sus subsidiarias) presentaron mejores resultados que los del tercer trimestre de 2010, aunque todavía hay dos instituciones con un ingreso neto negativo: First BanCorp (NYS:FBP) y Doral Financial Corporation (NYSE:DRL).

“Este es el tercer trimestre en positivo, tras dos años con pérdidas. Los buenos resultados se deben a una reducción de 25% en las provisiones para pérdidas en préstamos”, publicó Sin Comillas, aunque hay que destacar que los datos del FDIC para el tercer trimestre contrastan marcadamente con los de la OCIF utilizados en este artículo ($717 millones versus $1,379 millones, tema que –a la fecha de esta publicación– no ha sido analizado por la OCIF). También parecen confirmar la meta de la banca de regresar a la rentabilidad en el 2012.

Estos son los mejores resultados desde el primer trimestre del 2009, cuando ganaron $212.7 millones. “Recordemos que en el cuarto trimestre de 2008 se llegaron a informar pérdidas $986 millones, los peores resultados que se recuerdan en la historia de la banca puertorriqueña. Hay que remontarse al 2007 para encontrar ganancias de más de $400 millones y al 2005 para más de $1,000 millones” (ver gráfica), advirtió el diario virtual.

La banca en Estados Unidos también informó “ganancias récord post-crisis” (50% más) durante el tercer trimestre, publicó American Banker; ganancias “dependientes casi exclusivamente en menos provisiones para pérdidas”, según el mismo artículo que citó al presidente interino del FDIC Martin Gruenberg. “Pero los reguladores también citaron signos de preocupación en los datos más recientes de la industria bancaria, advirtiendo que dichas ganancias son insostenibles sin un mayor crecimiento de los préstamos… El negocio tradicional de la banca de tomar depósitos y hacer préstamos explica casi dos terceras partes del ingreso neto operacional. El crecimiento de los ingresos probablemente dependerá de incrementar la actividad prestataria”, subrayó también la publicación.

Gruenberg señaló que las menores provisiones para pérdidas y la mejora en la calidad del crédito “son, en un sentido, reflejo de la creciente fortaleza de la industria, así que es una evolución positiva”. Sin embargo, esa dependencia en esos indicadores positivos para el aumento de las ganancias “no puede continuar indefinidamente”. El ritmo de mejora en la economía en general “es probablemente el asunto clave en términos del crecimiento de los préstamos”, explicó. “Después de tres años de reducción en las carteras de préstamos, cualquier aumento en préstamos es una noticia positiva para la industria y la economía, pero el crecimiento prestatario que vemos permanece muy por debajo de los niveles normales.”

Igualmente, Alemán sostuvo que “la banca tiene que originar préstamos para ganar dinero… Vemos que muchas cosas van en la dirección correcta. Todos tenemos la misma necesidad: hacer préstamos para obtener ingresos”. Sin embargo, sabemos que con una reglamentación bancaria más restrictiva, el empujón principal tiene que provenir de mejores perspectivas económicas, algo que Alemán reconoció que previeron hace dos años pero que no me materializó. Sin embargo, el ejecutivo asegura que “no existe un ‘credit crunch’, la mayoría de los sectores están creciendo, excepto la construcción”, y que “se está moviendo; está volviendo a ser lo que fue”.

“Nos ha dado bien duro…”

Mientras se empiezan a dejar atrás las pérdidas, reveló también Sin Comillas, “donde no hay cambios es en la morosidad. Sigue siendo alta, muy alta, cerca del nivel récord que alcanzó en el primer trimestre del año pasado. Los esfuerzos de la banca y el Gobierno para reducir la morosidad en las hipotecas parecen haber evitado que continúe subiendo, pero no han logrado reducirla. En el tercer trimestre, la tasa de morosidad se situó en 13.3%, según datos del FDIC. En el 2006, al inicio de la crisis económica, apenas alcanzaba el 2%”.

Aunque la morosidad en las carteras de hipotecas continúa elevada: 17.6%, la morosidad más alta es la de préstamos de construcción y desarrollo, que se ha multiplicado por 10 cuando se compara con el 2007 y que con un 63.9%, está cerca de su nivel récord, refiere Sin Comillas. “Es un número bien alto. Esto nos ha dado bien duro. Es el peor activo en nuestro ‘balance sheet’” (estado de situación), planteó Alemán. Citó $1,755 millones en pérdidas acumuladas en el segmento de la construcción, más las de hipotecas residenciales, para un gran total de unos $2,100 millones. Obviamente, la banca tiene limitaciones para entrar es este tipo de financiamiento, no se justifica.

Sin Comillas indica que, “por institución financiera, la tasa de morosidad es más alta en los bancos que participaron en la consolidación bancaria: Oriental (19.3%), Scotiabank (16.5%) y Popular (16.0%). Estas instituciones compraron la mayoría de los activos de los bancos intervenidos, en transacciones asistidas por el FDIC, que garantiza el 80% de las pérdidas en préstamos. Lo que significa que a pesar de tener altas tasas de morosidad, el banco solo tiene que hacer frente al 20% de las pérdidas, en caso de que se materialicen. Santander y BBVA tienen los niveles de morosidad más bajos, 4.9% y 8.1%, respectivamente”.