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Por Luisa García Pelatti

La economía de Puerto Rico sufre un deterioro generalizado y se ha observado aumento de la desigualdad y la distribución del ingreso entre 2006 y 2015, según destacó el economista Francisco Catalá. Mientras el ingreso de los trabajadores ha disminuido el de los propietarios ha aumentado.

El Producto Interno Bruto (PIB) se ha reducido 7.2% entre 2006 y 2015, mientras el Producto Nacional Bruto (PNB) ha sufrido una disminución de 14%. El ingreso Nacional Neto en el 2006 fue de $46,734.6 millones, que se divide en $30,037 millones por concepto de compensación a empleados y $16,700 millones de ingresos procedentes de la propiedad. En el 2015, la cifra había aumentado a $55,188.8 millones: $28,000 millones de compensación a empleados y $26,000 a los propietarios. “La participación de los empleados en el Ingreso Nacional Neto ha disminuido de 64% 2006 a 55% en el 2015.

Cuando lo remitimos al Ingreso Interno, en donde se incluyen los pagos a dividendos, ganancias o distribución de intereses, la situación se torna más dramática por el gran número de inversion externa”. El Ingreso Interno de 2006 fue $76,000 millones, $28,000 de compensación a empleados y $47,000 millones para los propietarios. En el 2015, el Ingreso Interno ascendió a $89,000 millones, $27,000 millones de compensación a empleados y $61,000 millones procedentes de la propiedad. La participación de los empleados en el Ingreso Interno disminuyó de 38%a 31%. De los $61,000 millones en Ingreso Interno procedentes de la propiedad informado en el 2015 la mayor parte, $35,643 millones, son ganancias, dividendos o intereses remitidos desde Puerto Rico al exterior.

“Resulta inverosímil que durante los últimos 10 años este flujo de pagos a factores externos ha excedido los $30,000 millones anuales. Esto se explica en función de una estrategia orientada al establecimiento de un enclave ajeno en Puerto Rico. Las cifras reflejan ganancias excesiva y mezcla perversa de exenciones tributarias  y precios de tranferencia que podrán ser funcionales para el enclave pero no para el desarrollo sustentable de un país”, explica Catalá.

“Refleja también el hecho de que la gran mayoría de los activos productivos radicados en Puerto Rico, si se excluye la tierra y el llamado capital humano, no es propiedad de sus residentes”.

Por otro lado, otras estadísticas muestran un panorama poco alentador de la economía. El aumento en la tasa de mortalidad junto con la reducción de la tasa de natalidad ha provocado que la tasa de aumento natural de la población se haya reducido de 5.3% a 1.2%. Esto ha venido acompañado de un enorme flujo migratorio, lo que ha provocado una reducción de la población de 8.7% entre 2006 y 2015 y un envejecimiento prematuro de la población.

El mercado laboral es disfuncional. “Coinciden de manera crónica altas tasas de desempleo con bajas tasa de participación laboral”. El empleo se ha reducido 21.5% entre 2006 y 2015. La tasa de empleo ha caído de 43% a 34.7%. La tasa de participación laboral ha pasado de 48.6% y 39.9%. “En Estados Unidos es más de 60% y en Singapur 70%. Se trata de una tasa históricamente baja y comparativamente baja”.