Los niveles de autismo en Puerto Rico son muy parecidos a los informados en otras localidades del mundo, donde se encuentra 4.5 veces más en los varones que en las niñas. El Desorden Continuo de Autismo ha aumentado, tanto en Puerto Rico, como a nivel mundial en cerca de un 52%. Los resultados se dieron a conocer en el 2do Foro de Investigaciones sobre Autismo, que llevó a cabo el Instituto FILIUS de la Universidad de Puerto Rico.

Durante el foro se presentaron seis investigaciones realizadas por los investigadores y colaboradores de FILIUS para conocer la realidad sobre esta condición en Puerto Rico e informar a la comunidad general sobre las necesidades generales de esta población.

De las investigaciones se desprende la necesidad de tener un proceso de cernimiento sencillo y adaptado a la población de Puerto Rico. Actualmente, se utiliza el instrumento CARS (“Childhood Autism Rating Scale”) para determinar si un niño tiene o no algún tipo de Desorden Continuo de Autismo. El instrumento CARS es una prueba y escala que contiene 15 preguntas, cada una con un puntaje máximo de 4. Se encontró que de las 15 preguntas de CARS, sólo cuatro son relevantes y/o significativas para el cernimiento de los niños que padecen autismo en Puerto Rico; “por lo que se debe establecer un nuevo protocolo para evaluar de forma fácil y concisa”, puntualizó  Nicolás Linares-Orama, director ejecutivo del Instituto FILIUS de la Universidad de Puerto Rico.

Los factores asociados al autismo en Puerto Rico son: factores ambientales (agentes infecciosos, químicos, alimentos, metales y medicinas), predisposición genética, factores intrauterinos, estrés, factores inmunológicos, factores neurológicos y factores hormonales (secretina, beta-endorfina); estos afectan el proceso de gestación del bebé, causando un Desorden Continuo de Autismo.

Por otro lado, en una gran mayoría los niños con autismo presentan una doble excepcionalidad, ya que estos tienden a ser niños dotados (poseen capacidades intelectuales muy superiores); lo que en algunos casos dificulta aún más su identificación, razón por la cual muchos no tienen un diagnostico formal.  Se desprende del estudio de la Facultad de Educación que, los estudiantes dotados con doble excepcionalidad que participan en intervenciones interdisciplinarias muestran una mejoría en el nivel de desarrollo de sus destrezas sociales.

Dentro del contexto de la intervención y la terapia psicológica existe una gran diversidad de técnicas que son usadas para niños diagnosticados con uno de los desórdenes del espectro del autismo. Desafortunadamente, no existe una formula exacta para indicar cuál terapia o combinación de terapias van a ser exitosas con un individuo y no con otro. “Gracias al estudio presentado por Doryliz Vilá Rivera y Glorisa Canino del Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Conducta hoy conocemos la importancia de tratar, además del paciente, a sus padres ya que estos sufren de mayor riesgo de depresión. Se recomienda de 20 a 30 horas semanales de tratamiento psicológico, ya que las tasas de trastornos depresivos entre las madres de niños con algún tipo de desorden de autismo superan el 40% y las tasas de síntomas depresivos elevados en los padres es aún mayor entre 41-45%.”, detalló el Director Ejecutivo de FILIUS.

El Instituto FILIUS fue creado en el 1988 en el DTC-CPRS-RCM-UPR, pero incorporado a FILIUS en el 2000 para brindar servicios ejemplares a los niños con autismo, realizar estudios científicos y para la educación y adiestramiento de estudiantes universitarios, profesionales y familias.