Por redacción de Sin Comillas

Luego de dos años de investigación y preparación, la Unidad de Control de Vectores de Puerto Rico, un programa del Fideicomiso para Ciencias Tecnología e Investigación de Puerto Rico liberó mosquitos macho con la bacteria Wolbachia en varias comunidades de Ponce. El proyecto Mosquitos Macho con Wolbachia es una colaboración entre los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, CDC, la Ponce Health Science University, PHSU y la Unidad, con el objetivo de disminuir la cantidad de mosquitos Aedes aegypti.

Según Marianyoly Ortiz, directora asociada de la Unidad y quien cuenta con un doctorado en ciencias ambientales y microbiología, “la técnica Mosquitos Macho con Wolbachia es una posible alternativa para reducir el número de  mosquitos Aedes aegypti vector de dengue, Zika y chikungunya en la Isla. Wolbachia es una bacteria que se encuentra en la naturaleza en más del 60% de los insectos, pero no en el Aedes aegypti. El Dr. Stephen Dobson, de Mosquito Mate, descubrió la cepa de esta bacteria que, al colocarse en los mosquitos macho Aedes aegypti, y estos aparearse con los mosquitos hembra del ambiente sin Wolbachia, los huevos que pone la hembra no son viables. Así que con el tiempo se reduce la cantidad de mosquitos en el ambiente y también la cantidad de mosquitos macho a liberar. Es importante recordar que el mosquito macho no pica”.

La tecnología para producir a gran escala y liberar mosquitos macho al ambiente fue desarrollada por la compañía Verily Life Sciences. Las liberaciones de mosquitos se realizan desde un vehículo especializado que liberará un total de 1.5 millones de mosquitos macho con Wolbachia por semana hasta el mes de diciembre. Técnicos de la Unidad y personal de Verily, diseñan la ruta utilizando un sistema innovador de computadora con tecnología GPS, que determina la cantidad de mosquitos a liberar por zona y el momento específico en que debe ocurrir. Este proceso se realiza utilizando los datos de vigilancia de mosquitos hembra que la Unidad ha recolectado por dos años.

“En las intervenciones realizadas con la comunidad hemos obtenido un 80% de aceptación para el proyecto ya que la Unidad estableció un proceso educativo antes de iniciar. Lo más que la gente pregunta es cómo estamos seguros de que son mosquitos macho que no pican”, compartió Ortiz. Esta explicó que, “Los mosquitos macho con la bacteria Wolbachia se crían en grandes cantidades en un insectario. En la etapa de pupa se remueve el 95% de las pupas hembra con un filtro especial. La pupa macho es más pequeña que la pupa hembra por lo que esta se queda en la parte superior y el macho baja. Una vez separadas, las pupas pasan a ser mosquitos adultos donde se elimina el resto de las hembras utilizando las diferencias físicas entre el mosquito macho y la hembra adultos”.

“En años pasados, los brotes de dengue han sido una carga al sistema de salud ya que los hospitales pueden llenarse con pacientes de dengue. Hay casos que requieren hospitalización y el dengue severo puede ser fatal”, dijo Gabriela Paz Bailey, Líder de Epidemiología de la Subdivisión de Dengue de los CDC. Añadió que, “en el 2017, inició el proyecto Comunidades Organizadas para la Prevención de Arbovirus (COPA) en Ponce, junto a la Ponce Health Sciences University (PHSU). Históricamente, Ponce ha tenido un gran número de casos de dengue, zika y chikunguña. Estos virus son transmitidos por el mosquito Aedes aegypti. Es importante encontrar nuevos métodos que puedan reducir el riesgo de dengue y otros virus transmitidos por este mosquito. Podemos hacer la diferencia trabajando juntos como comunidad, con el municipio y con nuestros colegas.”

Por su parte, Vanessa Rivera, Catedrática de la Ponce Health Science University y doctora en Microbiología indicó que, “Para la Universidad es una gran satisfacción ser parte de este proyecto donde hemos identificado personas que nos apoyan a monitorear enfermedades. Parte fundamental de este proyecto es que busca prevenir las enfermedades del dengue, Zika y chikungunya que tanto han afectado a la comunidad”.

Wolbachia se ha evaluado con éxito en estados como California, Florida y Texas, además de otros países tales como Singapur, Australia, México y Tailandia. Análisis de riesgo ambiental sobre esta técnica indican que no se esperan efectos adversos en otros organismos, humanos, ambiente o en especies en peligro de extinción.