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Por Luisa García Pelatti

La aprobación en la Legislatura de una versión del Proyecto de Ley 2212 que no satisface al Gobierno Ejecutivo convierte en un problema político un asunto que era un problema principalmente financiero: evitar la quiebra del Banco Gubernamental de Fomento (BGF). A juicio de Sergio Marxuach, director de política pública del Centro para una Nueva Economía (CNE), el proyecto contiene dos “errores fatales” que hay que arreglar para que el Gobierno pueda llevar a cabo la emisión de deuda que tenía prevista para solucionar el problema de liquidez del BGF. El banco es el principal acreedor de la deuda de más de $2,000 millones que tiene la Autoridad de Carreteras.

La medida aprobada por la Legislatura –que todavía no ha firmado el Gobernador– establece que el aumento de 68% en el arbitrio al barril de petróleo entrará en vigor el 15 de marzo de 2015, al mismo tiempo que la reforma contributiva. El Gobierno contemplaba utilizar esa fuente de ingresos para respaldar una emisión de Carreteras de alrededor de $2,500 millones, que iría a reducir la deuda de la corporación pública con el BGF y restaurar la liquidez del banco.

Pero con la medida tal y como fue aprobada por la Legislatura “no puedes ir al mercado. La gente que compraría la emisión no sabe cuándo va a empezar el flujo de ingreso para repagar esa deuda. Ese es el error fatal que habría que arreglar”, explica Marxuach en referencia a la puesta en vigor del aumento del arbitrio, que va atada a una reforma contributiva de la que todavía no sabemos nada.

“Hay otro error, no es fatal, peor que no ayuda y es que se crea ese comité especial para examinar la viabilidad y deseabilidad de tener este impueto, lo que no hace sentido porque ya lo aprobaron”, señala Marxuach, que insiste en que crea incertidumbre. ¿Qué pasaría en el caso de que el comité decida crear un nuevo impuesto? “Esos dos errores se pueden arreglar de forma relativamente fácil si el Gobernador firma la ley con una enmienda en la Legislatura”.

Hay otra parte más técnica en el proyecto, la que establece un tope de 8.5% en la tasa de interés y un descuento de 93. Eso limita la magnitud y el alcance de la emisión. El BGF no va a poder levantar los $2,500 millones que ellos querían, pero aún así, “hay gente que estaría dispuesta a comprar esos bonos”, opina Marxuach., que dice que podrían levantar $2,000 millones $1,800 millones, dependiendo de cómo se estructure.

“Si me preguntas a mí, dada la situación que en la que está el BGF; y si se arreglan los errores fatales o casi fatales, yo le diría vete al mercado, consigue lo que puedas ahora, limpia esos $1,900 millones”.

“Ahora mismo es más un problema político que financiero. Es cuestión de que las distintas partes se siente”. Marxauch destaca que la situación del BGF es “bien delicada y si no se hace nada la cosa se va a poner bien difícil a final del año fiscal”. El retraso en sacar la emisión tiene implicaciones para el BGF, cuya liquidez es muy reducida y en los meses de marzo y junio tiene que hacer frente a vencimientos de su propia deuda.

“El BGF va a tener que escoger entre honrar sus obligaciones o financiar a Hacienda, que lo más probable es que se quede corto en abril”.

Algunas voces dicen que por qué el Gobierno no salva al BGF y deja que quiebre Carreteras. Porque BGF es el principal acreedor de Carreteras y si quiebra Carreteras y le deja de pagar la deuda de $2,000 millones al BGF, quiebra el BGF porque se queda sin capital y no puede prestar más.