Los préstamos concedidos por las entidades financieras alcanzaron en marzo de este año los $50,459 millones, con un descenso interanual del 13.8%, una pérdida superior a los $8,000 millones.

Las carteras de préstamos están ahora como hace cinco años Cinco años de recesión, altos niveles de morosidad, políticas más estrictas y restricciones regulatorias para conceder o créditos a empresas con préstamos atrasados han provocado una contracción de la actividad prestataria.

“Basta examinar someramente las estadísticas recientes relacionadas con la actividad prestataria para percatarnos de lo severa que es la crisis por la cual atraviesa la banca comercial en Puerto Rico”, comentó el economista Santos Negrón en declaraciones recientes. “La vieja pero no por ello menos certera tesis de Joseph A. Schumpeter sigue plenamente vigente: en el orden capitalista sólo mediante el apoyo e impulso de los bancos, que comparten el riesgo de inversión con los empresarios, puede crecer y desarrollarse a un ritmo significativo la actividad económica. La salida de la recesión depende plenamente de la aportación anticíclica que puedan hacer los bancos y las instituciones financieras en general ya que el Gobierno de Puerto Rico ya ha aportado bastantes componentes para lograr ese propósito. Una banca timorata, pendiente básicamente de sobrellevar la tormenta con un mínimo de daño, sólo puede contribuir a agravar la recesión y en consecuencia a perpetuar una caída que se lleva hacia abajo la propia estructura financiera”, indicó el experto.

A marzo de 2011, las familias y empresas le debían a los bancos más de $50,000 millones, según datos de la Oficina del Comisionado de Instituciones. La cifra lleva disminuyendo desde finales de 2008, cuando alcanzó los $62,662 millones. En septiembre de 2008, se había alcanzo un nivel récord de $63,298 millones en depósitos.

Las carteras de préstamos –que incluyen lo que las personas adeudan a los bancos por concepto de préstamos hipotecarios, personales, autos o tarjeta de crédito– habían estado creciendo a una tasa anual de doble dígito hasta principios del 2006, cuando empezó la recesión. Después el ritmo de crecimiento se desaceleró y a partir del 2009 empezó a reducirse. La caída se ha profundizado a partir del segundo trimestre del 2010, coincidiendo con la consolidación bancaria.

La disminución en las carteras de préstamos es patente en los préstamos hipotecarios –el 64% de la deuda en préstamos corresponde a hipotecas– que caen 16.1%. Las carteras de hipotecas había disminuido por primera vez entre enero y marzo del 2010 (-3.5%), y han llegado a caer hasta 27.6% en el tercer trimestre del año pasado.

Caen también los préstamos comerciales, industriales y agrícolas (-9.6%), los personales (-10.0%) y los préstamos para la compra de automóviles (-3.4%), donde se observa una lenta desaceleración de las caídas.

Por institución, se observa que crecen principalmente las carteras de préstamos de los tres bancos que participaron en la consolidación: Scotiabank (247%), Oriental (57.2%), Popular (32.8%). Registran caídas Firstbank (-11.4%), BBVA (-5.8%), Santander (-3.6%) y Doral (-3.5%).

Por nivel de préstamos, la institución líder es Banco Popular con una cartera de $18,303 millones y una cuota de mercado que ya supera el 36%, tras la compra de la cartera de Westernbank.

Firstbank se mantiene a la segunda posición, con $9,233 millones y una cuota de 18%%. En tercera posición está Santander, que le arrebató ese puesto a Doral el trimestre pasado, con una cartera de $5,187 millones en préstamos y una cuota ligeramente por encima del 10%.